Incendios forestales de la RM: el aporte del CBMS que va mucho más allá de apagar el fuego

23Dic 2022

Carros aljibe, unidades de comunicación y atención médica y personal calificado, son parte del apoyo que el Cuerpo de Bomberos Metropolitano Sur realizó en los incendios forestales de la región metropolitana.

Durante el mes de diciembre, el humo de los siniestros copó los cielos capitalinos y generaron alertas rojas que movilizaron a los distintos Cuerpos de Bomberos, entre ellos el Metropolitano Sur, que dispuso de todos sus recursos y personal institucional para ayudar a enfrentar estas emergencias en las zonas rurales de la Región Metropolitana, especialmente en las provincias de Melipilla y Chacabuco.

“Generalmente, nos piden los dos carros aljibe que tenemos y también los carros de comando (X-1) y la ambulancia (S-1), donde se tiene que montar un puesto médico y de comunicaciones en lugares muchas veces complejos de comunicación con la Central. Acá hay que entender que no solamente vamos a atacar el fuego, también hay un tema logístico y dentro de la RM los puestos de comando como el X-1 que hay son 2 o 3, nada más”, destaca Leonardo Marchant, Comandante CBMS.

Las unidades X-1 y S-1 participaron activamente en los incendios forestales de Melipilla, en los sectores de Pallocabe y Altos de Popeta, siendo este último el más destructivo. Además, se sumó colaboración en el siniestro de Lampa (zona de Chicauma) y en la 5ª alarma de incendio forestal en el sector del monumento de Manuel Rodríguez, en la comuna de Til Til.

La función principal del carro X-1 es establecer el control de las comunicaciones en el lugar del incendio, gestionando los movimientos de las unidades que trabajan combatiendo las llamas o planificando los puntos de abastecimiento. A su vez, la ambulancia institucional S-1 presta servicios de puesto médico para los bomberos lesionados, ya sea con monitoreo de signos vitales, como para realizar traslados a centros asistenciales.

“La experiencia de poder asistir a estas emergencias, cuando son incendios de interfaz (pasan de forestales a estructurales), y ver que la ciudadanía pone toda su confianza en Bomberos para poder dar una solución y se puede dar un servicio óptimo es totalmente gratificante”, comenta el cuartelero de Comandancia, Sergio Valenzuela.

“Los momentos más complicados se vivieron en Altos de Popeta. La emergencia estaba totalmente descontrolada y se escuchaba por radio que todas las unidades pedían apoyo e informaban las cantidades de casas que estaban siendo consumidas por el fuego. Mientras transitamos por la ruta G-60, junto al K-1 del Cuerpo de Bomberos de Melipilla, para verificar el estado de una unidad que estaba prestando apoyo y que había quedado atrapada por el fuego, pudo salvarla en perfecto estado gracias al equipamiento y profesionalismo de su personal. Después nos encontramos con una patrulla de Carabineros, que estaba atrapada por el humo y el fuego en la ruta, los que pudimos subir a nuestra unidad X-1 y evacuar el lugar”, relató el conductor rentado.

Historias bajo el casco

La 8ª Compañía “Bomba Libertador General Bernardo O’Higgins”, con sus carros B-8, Z-8 y J-8, estuvo presente y trabajó durante jornadas que superaban más de 10 muchas horas seguidas en las labores vinculadas a extinción y abastecimiento en las zonas más afectadas por los incendios forestales en diversas zonas de la Región Metropolitana.

En este contexto, la bombera Carolina Henríquez indicó: “el primer incendio forestal al que fuimos fue el de San Pedro de Melipilla el domingo 11 de diciembre. Me acuerdo perfectamente, porque estábamos en la Expo Cultural y de Carros Reliquias que realizó la 7ª Compañía y tuvimos que partir. Llegando al incendio la gente no nos dejaba pasar y nos paraba, pero les ayudamos a frenar, por así decirlo, el fuego que se acercaba a sus casas. Después nos agradecieron y nos dieron fruta y agua por salvarles las viviendas. Estuvimos trabajando todo el día así. La gente nos agradecía y nos regalaba agua y cosas para comer. Así fue casi en todos los incendios forestales a los que íbamos. Como cuando nos tocó abastecer con nuestro carro B-8 en Lampa, la reacción fue la misma. La gente paraba y nos daba bidones con agua, galletas y entre otras cosas”, enfatizó.

En esta dura lucha contra el fuego también participó la 2ª Compañía “Bomba Alberto Vilar Donati”. El Teniente 2º, Danilo Ramírez, manifestó que hay factores de riesgo que se producen en laderas y quebradas que complejizan esta tarea. “La gran extensión de pasto, maleza y árboles que se quema es inimaginable verlo en la ciudad. A eso se suma el viento y los cambios de viento que se producen, el calor, la poca visibilidad del agua, la aceleración brusca de la combustión del fuego, la inclinación de los incendios, la escasa accesibilidad a los puntos focales y las raíces de los árboles que están prendidas debajo de la tierra, lo que hace que todo sea más difícil”.

“Yo me saco el sombrero, o mi casco en realidad, referente a los bomberos que tienen este tipo de incendios más seguidos en Valparaíso o Viña del Mar. Imagínese lo que pasó ahora, que fue terrible. Y acá en Santiago, lo vimos en Lampa y también pasa en el sector cordillerano de Puente Alto. Hay que tener una capacidad física bastante especial para poder trabajar en ese tipo de incendios y, obviamente, una capacitación distinta que la que tenemos los bomberos urbanos, si es que se le puede llamar de esa forma”, añade el Oficial de Compañía.

Según información oficial de la Conaf, durante el año 2022 se han declarado 216 incendios forestales en la región Metropolitana, un 40% más que los siniestros ocurridos en 2021, los que han dejado un saldo de 12.120,37 hectáreas quemadas, 1.638% más que el daño generado en 2021, que fueron 697,37 hectáreas calcinadas. Son cifras que preocupan y que alertan en una temporada estival que está recién comenzando.